Orígenes medievales: raíces en la Reconquista (siglo XII-XIV)

Torrealta y Torrebaja han tenido una evolución similar, hipotéticamente nacen para la historia como lugares o propiedades donados por el rey a vasallos o mesnaderos que colaboraron en la conquista cristiana de Pedro II de Aragón (1210): Torrealta en término de Ademuz y Torrebaja en el de Castielfabib.

Las primeras referencias documentales a Torrebaja datan del siglo XIV (1326), fecha en que Gil Ruiz de Lihory, alcaide de Ademuz y Castielfabib, lega a su hijo Gonzalo “la alquería de La Torre”. Existió un lugar de moros conocido como “Torrefondonera o Lugar del Villar de Orchet” (1425), presuntamente situado en la partida de los Villares, por donde discurría el Camino Viejo de Ademuz a Teruel.

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Renacimiento y señoríos (siglos XV-XVII)

 A finales del siglo XV era señor del lugar de Torrebaja  Matheo Ruiz de Castellblanque quien en 1511 hace testamento en favor de su hijo Belenguer-Pedro Ruiz de Castellblanque de “el lugar mío llamando vulgarmente La Torre Fondonera del Villar D`Orchet situado en el término de Castielfabix”. Sabemos que la iglesia de Torrealta se construyó a expensas del señor del lugar, un Garcés de Marcilla, en 1518. De este mismo tiempo puede datar la primitiva iglesia de Torrebaja. En los años treinta del siglo XVI (1534), Ambas iglesias son de fundación patronal y se hallaban bajo la advocación de “Santa María”.

La Torrebaja actual nace como población moderna tras la expulsión de los moriscos de España (1609-14), reinando Felipe III de España (1598-1621). Siendo señor de Torrebaja don Juan Ruiz de Castellblanque, la villa de Castiel le demandó por una cuestión de jurisdicción (1610). La sentencia fue clara: Torrebaja es un lugar o calle de Castiel y sus moradores colonos o aparceros, no vasallos, correspondiendo la jurisdicción civil y criminal a la villa de Castielfabib.

El siguiente señor de Torrebaja fue don Diego Ruiz de Castellblanque, hermano del anterior. En su testamento, abierto en 1643, manifiesta su voluntad de ser enterrado con el hábito de san Francisco, en la iglesia de su lugar, al pie del altar mayor, y que se digan mil misas por su alma. Asimismo, define las lindes de su propiedad, haciendo mención del molino (de Abajo), de la ermita (de San José) y de la acequia vieja de Castielfabib. Nombra a sus hijos: Jaime, Francisco, Fernando, Cristóbal y Margarita Ruiz de Castellblanque. Su heredero fue el hijo mayor, don Jaime, que resultó ser un célebre bandolero, autor de numerosos crímenes y contrafueros, ajusticiado en la plaza Mayor de Madrid en 1672.

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Consolidación urbana e independencia municipal vida rural (siglo XVIII y XIX)

El caserío de la nueva población se desarrolló en torno a la Casa Grande y el anexo Torreón de los Picos y la iglesia local. En la calle Fuentecillas se halla la Fuente de los Pobres, amanadero junto al que hubo un pequeño local para acoger a transeúntes y gentes de paso.

El camino de Ademuz a Teruel atravesaba el Turia para adentrarse en Torrealta, un pueblo-calle en cuyos márgenes se levantaron la iglesia local y la Casa Grande y torreón de los Garcés de Marcilla. Dicha vía -Camino Viejo de Ademuz a Teruel- forma parte del Camino Real o Nacional de Valencia y Castilla a Aragón.

A finales del siglo XVIII (1792), el naturalista y botánico valenciano Antonio Josep Cavanilles (1745-1804) pasó por estos parajes, menciona «al lugarcillo llamado Torre baxa de 65 familias, colocado en una llanura á la izquierda del Ebrón, no muy léjos de la confluencia con el Turia. 

Torre alta podrá tener unos 20 vecinos, y queda mas al norte á la izquierda de este último rio».

Durante el Trienio Liberal se abolieron los mayorazgos (1821), y al amparo de las leyes de Ayuntamientos de los años treinta y cuarenta del siglo XIX se constituyeron los ayuntamientos de Torrealta y Torrebaja. No obstante, «Tuvo ayunt., este pueblo (Torrealta), y término propio hasta hace pocos años que por no reunir lo 20 vec., de la ley se agregó al de Torre Baja» (1849).

A mediados los años cincuenta del siglo XIX (1856), la señora de Torrebaja (doña Juana Casaus de Castellblanque) vendió su propiedad a los colonos y aparceros que trabajaban sus tierras: «El precio estipulado fue de doscientos treinta y cinco mil reales de vellón, a pagar en once plazos que habrían de satisfacerse el día de Navidad de cada año, hasta 1866 inclusive».

Siglo XX: Guerra y reconstrucción

Durante la Guerra Civil (1936-39), Torrebaja padeció más que ninguna otra población de la comarca las consecuencias de la contienda, por hallarse en la población el Estado Mayor del XIX Cuerpo de Ejército (Ejército Republicano de Levante), comandado por el coronel don Joaquín Vidal Munárriz (1882-1939). Además del puesto de mando, albergó un Hospital de Sangre, centro de comunicaciones, intendencia, etc., lo que le supuso varios bombardeos por parte de la aviación nacional. El más destructivo tuvo lugar la tarde del 26 de noviembre de 1938 en que fallecieron un mínimo de nueve civiles y un número indeterminado de militares. Los daños materiales fueron cuantiosos, se demolieron varias viviendas en la calle Arboleda, Rosario, Replaceta y calle Fuente. El templo parroquial fue también dañado y aunque después de la guerra se intentó rehabilitarlo finalmente hubo que ser demolido (1948).

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